Despido improcedente vs. despido procedente: ¿Cuál es la diferencia?

Despido improcedente vs. despido procedente: ¿Cuál es la diferencia?

El despido improcedente y el despido procedente son términos utilizados en el ámbito laboral para describir dos situaciones diferentes relacionadas con la finalización de un contrato de trabajo. La diferencia entre ambos radica en la legalidad y justificación del despido.

El despido improcedente se refiere a aquel despido que se lleva a cabo sin justificación suficiente o incumpliendo los procedimientos legales establecidos. En este caso, el empleado puede impugnar el despido y, en caso de que se demuestre la improcedencia, el empleador puede ser obligado a readmitir al trabajador o a indemnizarlo con una cantidad económica equivalente a 33 días de salario por año trabajado.

Por otro lado, el despido procedente se produce cuando el empleador puede demostrar que ha existido una causa justificada y suficiente para poner fin al contrato de trabajo. Algunas de las causas que pueden fundamentar un despido procedente incluyen el incumplimiento grave de las obligaciones laborales por parte del empleado, la comisión de faltas graves o reiteradas, o la existencia de causas económicas, técnicas o de organización que justifiquen la extinción del contrato.

En resumen, la diferencia entre el despido improcedente y el despido procedente radica en la justificación legal y procedimental de su ejecución. Mientras que el despido improcedente carece de fundamentos legales o no se ajusta a los procedimientos establecidos, el despido procedente se realiza de acuerdo con la normativa laboral y por causas justificadas. En ambos casos, es importante contar con el asesoramiento legal adecuado para proteger los derechos del empleador.